Aquel que vive junto al Padre, Cristo. Curiosamente escuchamos dos veces el relato de la Ascensión, pues Lucas, autor del tercer Evangelio y del libro de los Hechos, lo sitúa al final de un relato y al comienzo del otro. Su intención parece clara: la subida de Jesús al cielo significa el final de su ministerio y el comienzo de la misión de la Iglesia. Al mismo tiempo, esta fiesta es alentadora para nosotros, porque nos marca también un destino: vivir junto a Dios, alcanzar la felicidad plena que Jesús había prometido. Miramos al cielo con ilusión esperanzada. Miramos al suelo con optimismo comprometido.
Les dejamos el enlace con las lecturas y un video del Evangelio.
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