viernes, 14 de diciembre de 2018

III Domingo de Adviento


A pesar de todo, siempre alegres   
    ¿Cómo se puede vivir la alegría hoy, en tiempos tan difíciles? Esta pregunta, que es tan actual, no es muy distinta de la que se hacían los judíos del Antiguo Testamento. O los del tiempo de Jesús. O los hombres de todos los tiempos. Por eso resulta esperanzadora la palabra del profeta Sofonías, que invita a un júbilo desbordante a los que habitan en Jerusalén porque "el Señor habita en ti". La carta a los Filipenses ahonda en esta expresión: alégrense, porque el Señor está cerca. No somos ilusos o inconscientes: somos cristianos, hombres y mujeres que sabemos, a pesar de todo, permanecer alegres. A fin de cuentas, si el Señor está con nosotros, todo lo demás podemos mirarlo en su justa medida: la enfermedad, las dificultades, la situación social… todo adquiere su verdadera dimensión cuando observamos con los ojos de la fe. Juan Bautista quiere que preparemos nuestro corazón para recibir al Señor. La alegría es un buen signo de que estamos bien dispuestos.

Les dejamos un enlace con las lecturas y un video del Evangelio.

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