sábado, 10 de junio de 2017

Solemnidad de la Santísima Trinidad

   En este domingo en que celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, confesamos el misterio de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que se nos ha revelado y manifestado.
   En este marco litúrgico, tenemos hoy un recuerdo muy especial por quienes en la Iglesia han sido llamados a la vida contemplativa. Los monjes, las monjas y la vida eremítica ofrecen a la comunidad cristiana y al mundo entero, tan necesitado de autenticidad y trascendencia, un anuncio silencioso y a la vez elocuente del amor misericordioso de Dios. El ritmo tantas veces acelerado de nuestra vida diaria, llena de ruidos, reclama espacios y tiempos de serenidad y silencio, oración y contemplación, lugares de comunión y armonía, en los que de un modo oculto y a la vez manifiesto se ofrenda la vida en alabanza continua a la Santa Trinidad y en oración de intercesión por toda la humanidad.
  Contemplad al mundo con la mirada de Dios es el lema de la Jornada de este año. Si el mirar de Dios es amar, como nos dice un gran contemplativo (san Juan de la Cruz), sabemos que Dios mira amando y ama mirando con atención las necesidades de sus hijos.
   Celebremos con sincera gratitud este domingo de la Santa Trinidad bendiciendo al Señor por la vocación consagrada contemplativa, y pidamos hoy por tantos hermanos y hermanas nuestras que viven, trabajan y oran en los monasterios.

   Les dejamos un enlace de las lecturas y un video del Evangelio.


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