jueves, 30 de marzo de 2017

Cristo dio la vida por nosotros y el Padre lo ha resucitado.

     Nos adentramos este mes en lo misterioso y fascinante de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, el Hijo de Dios. Seguiremos sus pasos haciendo memoria de aquel dolor que concluyó en esperanza para la humanidad nueva, de aquel que todo lo hace nuevo. En Dios nos disponemos para celebrar aquello que creemos y de lo que estamos plenamente seguros, y es que Cristo dio su vida por nosotros y el Padre lo ha Resucitado.

    Es pues, que de nuevo, Dios nos atrae y en su nombre te llamo a vivir en nuestras actitudes y circunstancias esta fe que llevamos en vasijas de barro y por tanto hemos de cuidar y valorar para que no se rompan o nos la rompan.

     En nuestras procesiones y actos litúrgicos que no se conviertan en actos para un público que nos mira al pasar, como si sólo de una representación se tratase, sino que estamos llamados a dar sentido y contenido con nuestros silencios, nuestro vestir, nuestro recogimiento, nuestra presencia serena orante de saber estar.

    Finalizada la etapa cuaresmal nos adentramos en la Pascua, auténtico sentido de nuestra fe en Cristo Resucitado, que vive entre nosotros y al que le damos nuevamente nuestro sí confiado.

Elías Francisco Zaít León, párroco.
Presentación Abril 2017.

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